situaciones en las que debes sorprender y algunas en las que no tienes que sorprender.
Contenidos de este artículo:
Cuándo no debes sorprender
Comencemos por aquellas ocasiones en que no es conveniente sorprender a nadie. Estas situaciones deben ser previsibles y desarrollarse de forma plácida:- Cuando presentas tu tesis doctoral: en la defensa de tu tesis doctoral no debes sorprender a nadie. Realizar una presentación teatralizada puede ser un buen recurso si eres un experto en este tipo de situaciones (si es tu primera tesis doctoral, ya te digo yo que muy experto no eres). Lo mejor durante la defensa de tu tesis doctoral es que te ciñas al guión esperado. Existen dos motivos para ello. Por un lado, innovar es un riesgo y en esta situación hay que minimizar los riesgos. Si te equivocas das al traste con muchos meses de trabajo y resolver un problema puede ser muy difícil. Por otra parte, el tribunal de la tesis puede no ser receptivo a las sorpresas, por muy bien planteadas que las tengas. Está acostumbrado al desarrollo de este tipo de eventos de forma muy pautada y cualquier variación o alteración puede ser tremendamente perjudicial para la nota final.
- Cuando te enfrentas por primera vez a un escenario: la primera vez que te subes a un escenario en un congreso científico, la primera vez que vas a una reunión con unos mecenas para tu proyecto científico, lo mejor es evitar cualquier situación que pueda ser conflictiva. Como en el caso de la tesis doctoral, minimizar los riesgos es la prioridad. En estas ocasiones, mantente plano, sin arriesgar. No aburras, no pierdas la oportunidad de triunfar, pero se conservador.
Cuándo sí puedes sorprender
En otras ocasiones sí es conveniente sorprender a tu audiencia. Estas situaciones son muy buenas para convertirte en un gran divulgador científico:- Cuando tienes un «as en la manga»: en esas ocasiones en que acabas de dar un giro fundamental a tu investigación y nadie lo sabe, o en las que todo el mundo espera que presentes una evolución natural de tu proyecto, es conveniente sorprender. Cuando se tiene un «as en la manga» tienes que saber utilizarlo. Sorprender a tu audiencia con un anuncio inesperado o con un avance significativo hace que el resultado de tu presentación sea un éxito.
- Cuando eres la estrella de la sesión: hay veces que tenemos el papel de protagonistas de un acto o simplemente somos el mejor proyecto de la mañana en el congreso científico. Entonces podemos permitirnos preparar nuestra presentación alrededor de un momento sorprendente. En estas ocasiones, es muy importante saber cuándo debe aparecer ese elemento sorprendente.
Dónde debes situar la sorpresa en tu presentación
Los momentos de sorpresa tienen que situarse en el lugar adecuado. Si no elegimos bien ese momento, el efecto sorpresa no será el adecuado y puede ser contraproducente.- Al principio: el comienzo de una presentación es un momento adecuado para las sorpresas. Cuando nos estamos presentando, cuando estamos presentando nuestro proyecto, puede ser un buen momento para lanzar un mensaje que «descoloque a la audiencia». A partir de ese momento, toda la presentación irá encaminada a aprovechar esa situación hasta reconducir el discurso hacia la normalidad. Pongamos un ejemplo. Imaginemos que estamos presentando nuestros avances en la investigación de una enfermedad y después de los primeros minutos aparece una imagen en pantalla que dice «¿y si hubiera una cura a esa enfermedad?» y tras la sorpresa inicial y las caras de incredulidad, das un nuevo golpe de efecto y dices «¿y si esa solución fuera tan barata como comprar un caramelo?». A partir de ese momento, la audiencia estará pendiente de tu explicación, esperará que le expliques y le justifiques esas afirmaciones que le han «sorprendido».
- Al final: el momento final de la presentación también es adecuado para un momento desconcertante o sorprendente. Es el lugar adecuado para crear expectativas sobre una investigación o sobre un descubrimiento. Los momentos finales son adecuados para dejar al público con la intriga, obligarlos a buscar información en Internet sobre ti y tu proyecto o para que te soliciten reuniones o encuentros particulares. No se puede crear un momento de sorpresa al final si después de tu conclusión hay un turno de preguntas. Solo funciona si acabas con algo contundente. Pero recuerda que el objetivo es que el público siga interesado de alguna forma en un futuro próximo, por tanto debes facilitar el contacto, las fuentes de información para ampliar el mensaje o tener unos minutos tras la presentación para atender a las personas que quieren saber más. Siguiendo con el ejemplo anterior, imagina que las preguntas anteriores, en lugar de plantearlas al comienzo porque tienes un descubrimiento, las planteas al final porque lo que tienes es una hipótesis de trabajo que puedes desarrollar con el apoyo adecuado (o quieres influir en la opinión pública para que se cree un debate que beneficie tu investigación).
- Nunca en medio: no uses elementos de sorpresa durante la parte central de tu presentación. Si no has anunciado nada al comienzo y no quieres crear expectativas sobre el futuro, no te compliques el desarrollo de tu presentación con elementos que solo van a causar desconcierto entre los espectadores. La parte central de la presentación es para desarrollar aquello que todo el mundo espera (es el momento de justificar datos, cifras o teorías; es el momento de sosegar la sorpresa por el anuncio del principio explicando esa innovación).
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