tu trabajo como investigador debe ser reconocido por los diferentes públicos a los que se dirige, desde los más expertos (colegas de profesión, tribunales, evaluadores de artículos científicos…) hasta los menos expertos (familiares, amigos, público neófito en la materia…). Cuando realizas una presentación en un congreso, muchos de los presentes conocen el tema y han acudido porque están interesados en profundizar, en debatir y en sacar un gran provecho a tu presencia en el estrado. Sin embargo, otros muchos conocen vagamente las particularidades de lo que haces, quieren aprender un poco sobre el tema o esperan pasar un rato agradable escuchando una buena charla de Divulgación Científica. Es necesario que ambos públicos salgan de la sala satisfechos. Para conseguir la cuadratura del círculo es necesario dominar el arte de hacer una presentación eficaz. Para ello, hoy te voy a desgranar algunas recomendaciones sobre cómo mantener la atención del público durante la presentación: Piensa en tu público La presentación es una herramienta para que tu público comprenda y retenga mejor las ideas principales que tú estás exponiendo. Por tanto, su diseño y sus mensajes no pueden competir con tu presencia en el escenario. La diapositiva tiene que mirarse en el momento en que se proyecta y luego toda la atención debe pasar a ti. Si es necesario proyectar un vídeo o una imagen compleja, debes desaparecer para que el público se centre en ese elemento que proyectas y solo debes intervenir para centrar la atención sobre algún elemento. Tu discurso debe detenerse. Incluye palabras o imágenes que ayuden a tu público a rememorar la idea principal que quieres transmitir. Ellos son los protagonistas. Primer consejo: olvídate de diapositivas con mucho texto que te permitan recordar lo que tienes que decir. Para eso están las notas de orador, los guiones, las tarjetas o cualquier otro apoyo que necesites para seguir el hilo conductor de tu discurso. Adapta tu presentación a tu audiencia No es lo mismo hablar para niños que para adultos, para expertos que para neófitos, pero todos ellos tienen que sentirse «cómodos» en la sala mientras tú ofreces tu conferencia. La presentación tiene que permitir a las personas que están en la sala comprender lo que dices y no sentirse frustrados porque «esperaban otra cosa». En algunas ocasiones, se dan cita públicos variados y es necesario adaptar el nivel y la profundidad de nuestro mensaje. El truco está en comenzar a explicar un concepto desde lo básico (así los menos avezados comprenderán el mensaje) e ir profundizando y entrando en complejidades poco a poco, hasta llegar a la profundidad que requiera la exposición. Una presentación que incrementa y disminuye en profundidad de los mensajes es más agradable a los diferentes públicos, que una presentación muy básica o muy técnica, que dejará «fuera» a algunos. Segundo consejo: averigua el público que estará en la sala. Investiga, pregunta, qué evento es en el que participas, el tipo de audiencia, su edad, nivel de conocimiento de la materia que impartes y su motivación para estar allí. Crea una estructura y explícasela Tu presentación debe tener un principio, un desarrollo y un final (conclusión). Comienza tu presentación explicando a la audiencia que hay un camino y que se va a seguir. Así ellos tendrán noción del recorrido y no se perderán, aunque profundices en detalles, sabrán que en un momento determinado saldrás de nuevo a respirar a la superficie como hacen las ballenas. Saber que hay una conclusión y que viene tras ver diferentes puntos de un tema, permite a los neófitos mantener el interés y a los expertos esperar al final para extraer conclusiones. La expectativa es buena, la incertidumbre, no. Tercer consejo: explica cómo se va a desarrollar tu presentación al comienzo, para que todos sepan lo que va a ocurrir y no haya incertidumbre. Crece en intensidad y baja la tensión Ningún libro, ninguna película es una continua ascensión en la intensidad del discurso. Todo debe tener una camino de subida y un momento de relajación. Si has comenzado por lo más sencillo de un concepto y vas profundizando en su complejidad, en algún momento tienes que parar, respirar, preguntar a la audiencia si tienen alguna duda, hacer una pausa con un comentario adecuado y que baje la tensión. De lo contrario, tu público se saturará y dejará de prestar atención y perderás el control del momento. Es como intentar subir una montaña que cada vez es más exigente y en la que no hay ni un momento de descanso. El agotamiento puede derivar en fracaso. Cuarto consejo: analiza cuándo puedes establecer puntos de inflexión en tu presentación, crea una distracción o un comentario que relaje el ambiente, para retomar la intensidad a continuación. Mira a los ojos, habla a las personas Todos queremos ser protagonistas de un evento. Cuando un ponente nos mira, habla como si se dirigiera a nosotros solos, como si nos conociera y el resto del público no estuviera allí, consigue que nuestra atención se centre en su voz y en su puesta en escena. Para ello tienes que evitar mirar al público como si no los vieras, para ello tienes que evitar mirar a los rincones, la pantalla o el techo. Normalmente, esa mirada perdida denota «miedo escénico». Puedes mirar tus notas durante segundos y luego explicar un concepto o lanzar un mensaje-fuerza a una persona que está en la sala. En algunas ocasiones es fácil determinar quién es el líder de la sala, la persona que manda en el grupo, la autoridad que patrocina, que organiza, que tiene un mayor conocimiento de la materia… si logras averiguarlo antes del evento, centra tu atención en su zona de influencia durante las fases más importantes de tu exposición, en los momentos más «dramáticos». Quinto consejo: intenta averiguar quién es el líder de la sala y centra tu atención en su zona de influencia. Muévete con el cuerpo o con la mirada desde la derecha a la izquierda, desde el principio al final de la sala, intenta mirar a los ojos de las personas que te estén escuchando más atentas. Involucra al público Conseguir que el público participe en una presentación, que intervenga, conteste a las preguntas encaminadas a rebajar la tensión o aplauda es un buen síntoma de que estamos liderando el evento. Los grandes ponentes manejan los tiempos del escenario y de vez en cuando centran la atención en el público para que la presentación sea más dinámica. Para ello hay que dar la oportunidad de participar sin que la presentación se vaya de las manos. realiza preguntas sencillas, casi obvias; si hay alguien en la sala que es un experto, solicita su aprobación cuando hagas una afirmación importante (¿verdad, profesor Martínez?) o cita a alguien conocido para que el público se sienta involucrado. Permite al público que haga preguntas, breves, y con respuestas también breves, para que no se pierda la intensidad. Sexto consejo: consigue la participación del público como hace un mago en su espectáculo. No dejes la intervención del publico solo en el turno de preguntas del final. En ocasiones puede no haber tiempo o haber perdido el interés. Crea un final emocionante Deja para el final algo que sea recordado. Una anécdota, una conclusión impactante, un dato demoledor o cualquier elemento que permita salir de la sala con la sensación de que ha merecido la pena estar allí. En algunas ocasiones, se recurre al anuncio de una continuación, de una novedad o de un próximo lanzamiento. En otras ocasiones se hace una conclusión en la que se enlazan todos los temas tratados, de forma que el espectador conecta todos los elementos y comprende mucho mejor la conclusión. A veces se recurre a un elemento emocional, algo que llegue al corazón (sí, incluso la ciencia más pura puede tener un elemento emocional). Lo importante es llevar el evento a su punto álgido, aquel que levanta al público de sus asientos y arranca el aplauso. Séptimo consejo: concluye la presentación con un elemento vibrante, emocionante y que permita ser recordado. Bueno, como siempre te invito a poner en práctica estos consejos y a mejorar tus presentaciones de Divulgación Científica. Si tienes comentarios, estaré encantado de leerlos y de que mantengamos una buena conversación. Si te ha gustado esta información puedes suscribirte al Boletín de Divulgación Científica dejándome tu nombre y correo en el formulario que hay en la página. Más información: Si estás interesado, puedes aprender más consejos en estos artículos sobre Técnicas de Divulgación Científica. Si necesitas ayuda con tu proyecto contacta conmigo a través del formulario que hay en la página. Y te agradezco de antemano que difundas esta información en tus redes sociales y a tus conocidos, o que aportes tus comentarios.]]>
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