se puede considerar un vídeo promocional del Gobierno. En este vídeo se ensalzan las más de 100 leyes presentadas por el Ejecutivo y que han permitido recuperar España de la UCI (literalmente esta es la metáfora del vídeo). Lo primero que llama la atención al ver el vídeo es la similitud creativa con otros vídeos muy similares, uno de Ciudadanos de hace unos años y otro de una campaña del Presidente de República Dominicana de 2004. Pero esto no pasaría de lo anecdótico si no fuera por algunas contradicciones desde el punto de vista de la Comunicación corporativa. La verdad es que ser creativo es muy difícil porque se nos ocurren cosas y en la mayoría de las ocasiones ya han sido usadas por otros. Ser original es tremendamente difícil y tampoco pasa nada porque se utilicen las mismas metáforas de vez en cuando. Sin embargo, el vídeo promocional nos enseña una lección y es que no se puede usar un argumento creativo como es la Sanidad en un vídeo autocomplaciente, después de que medio país se ha pasado la legislatura criticando al Gobierno (y a los Gobiernos autonómicos) por recortar la inversión en Educación y Sanidad, por perjudicar el Sistema Sanitario Público en beneficio del Sistema Sanitario Privado y por hacer negocio de la gestión privada de los hospitales, un beneficio que tiene a los principales responsables de la Sanidad autonómica madrileña bajo sospecha o encausados en diferentes juicios. A la hora de elegir metáforas para ilustrar un argumento hay que elegir con cuidado aquello que está libre de polémica, que es incontestable e irrefutable. Hacer un vídeo de autoprpomoción y ser inmediatamente criticado por la mitad de la sociedad no es muy acertado. El PP ha elegido mal su metáfora, porque ha elegido un tema en el que se ha posicionado durante años en contra del resto de los partidos políticos en la oposición, de los propios profesionales del sector y en contra de un porcentaje muy grande de la Sociedad española y, para colmo, un tema que ha llevado a algunos de sus altos cargos a pasar por el banquillo. No se trata de juzgar si tienen o no razón para presumir de sus logros. No se trata de evaluar la labor del Gobierno en estos cuatro años. Para eso están las estadísticas y los datos. Se trata de criticar una metáfora desafortunada para presentar su herencia. La Sanidad es un mal ejemplo para el PP. El vídeo promocional del PP tendría que haber sido menos emotivo y más demostrativo. En estos casos lo mejor es demostrar con hechos, con cifras, con datos, los argumentos que quieres defender. En un país que no cree a sus políticos porque han demostrado un desinterés manifiesto en solucionar el problema de las personas (eso no lo digo yo, lo dicen las estadísticas de valoración de los líderes políticos y de confianza en las instituciones políticas), la única forma de presentar tu trabajo como gestor es con hechos, con argumentos irrefutables, con datos que avalen tus afirmaciones y, llegado el caso, admitiendo los errores cuando los haya. La sinceridad es mucho mejor que la emotividad. Otra de las lecciones aprendidas del vídeo del Gobierno es que quizá el público al que va dirigido el vídeo no sean los ciudadanos. Muy probablemente el vídeo tenga como objetivo el refuerzo positivo de los dirigentes del PP ante unas elecciones que se presumen apretadas. Ahora es el momento de cerrar filas en el partido y sentirse orgulloso de lo hecho. En este sentido, el vídeo ensalza las emociones que pueden movilizar a sus líderes políticos y a sus militantes de base. El sentimiento de orgullo nacional frente al desafío nacionalista y el sentimiento de orgullo de haber luchado contra una situación económica muy difícil y ser el modelo actual de muchos países europeos. Pero aun así, la metáfora de la Sanidad no está bien elegida. Se podrían haber utilizado igualmente los datos para hacer valer los argumentos que pretende mostrar el vídeo de una forma emocional. En fin, que como suele pasar en muchas ocasiones con el Partido Popular se ha equivocado en su forma de ganar visibilidad y aceptación social porque el equipo de Comunicación del partido ha elegido mal la metáfora creativa de su vídeo. Si yo fuera ellos pediría explicaciones.
En resumen, cuando tienes que presentar un balance de tu actuación, lo mejor es utilizar los argumentos y los datos que pueden demostrar tu trabajo. Recurrir al sentimentalismo y a las emociones puede ser contraproducente, como ha ocurrido en este caso. Siempre que pretendas movilizar a la acción, recuerda que la sinceridad es siempre más efectiva que la emotividad. Los datos positivos son siempre más creíbles si los pones en la balanza junto con datos negativos. Presentar solo lo bueno y ocultar lo malo se llama «engañar» y eso en Comunicación sale muy caro.
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