los emprendedores y las pymes no conceden ningún valor a este proceso creativo. Para ilustrar el proceso que sigue una persona que no es experto en Naming voy a utilizar un caso real, el de mi hija que cuando tenía 11 años hizo un trabajo en el colegio en el que tenía que crear una canción para un producto que debía vender (era para la clase de Música). Como a mi hija le encanta pintar, además de la música y la letra para el producto, decidió buscar un nombre y crear un logotipo para el producto. Mi hija siguió un proceso creativo que es simple y natural. Trocear el concepto del producto, la descripción de lo que hace, y coger ciertas partes de las palabras para componer una palabra nueva y con ello una nueva marca:
Quitasible, el quitamanchas que quita las manchas imposibles.Y esto no pasaría de ser una anécdota familiar si no fuera porque así es como se han creado multitud de nombres comerciales, marcas, logotipos de pequeños negocios, de bares, restaurantes, tiendas de barrio, fontaneros, despachos de abogados… en la mayoría de las ocasiones Reformas Pérez S.A. se rotulaba en la furgoneta como “Reforpe” o “Reforpesa”; el Bar de José y María colgaba un cartel encima de la puerta que ponía “Bar Joyma” o la mercería de Carmen y María hacía unas bolsas con “Caryma”. Y puede que te preguntes ¿Y esto es malo? No. Entonces, ¿qué hay de malo en poner este nombre a un negocio?
Contenidos de este artículo:
La marca como primer elemento de decisión en la compra
La marca es en la mayoría de los casos el primer elemento que nos ayuda a decidir si contratamos un servicio o adquirimos un producto. Por este motivo y solo por este ya es fundamental tener una buena marca y no cualquier marca. Y cuando digo esto no pretendo menospreciar las marcas creadas con los nombres de las personas, ni mucho menos. Si tengo un bar, a lo mejor es una buena marca “Bar de José y María” porque ellos son los elementos diferenciadores del negocio, los que hacen especial ese bar frente al resto de los bares que tienen alrededor. Puedo tener una mercería y llamarla “No dar puntada sin hilo” o “Mercería la hija de Rosa”, porque Rosa es una profesional reconocida o ha sido la mercera del barrio de toda la vida. La marca es tan importante en nuestra decisión de compra que en un lineal de un supermercado decidimos la compra en función de las marcas que hay, en función de lo que cada una representa y la única forma de que puedan representar algo para nosotros es:- que el nombre signifique algo en nuestra cabeza y
- que la marca sea pregnante, se retenga en nuestro cerebro, y sea reconocida.
La marca como elemento diferenciador de la competencia
Pero ¿por qué tenemos que tener la mejor marca posible? Esta respuesta es sencilla. La mejor marca posible es la que garantiza el éxito del negocio. Y fíjate que en ningún momento he hablado del logotipo, no he hablado del símbolo, porque la marca no es la transcripción creativa en un dibujo del nombre de la empresa o del producto. La marca es una imagen mental que los seres humanos creamos con los símbolos y los valores, las opiniones de los demás, nuestras experiencia y es diferente para cada uno de nosotros. Joan Costa, experto español en Branding, afirma en uno de sus libros:las empresas son de sus dueños, las marcas de sus clientes.La construcción de la marca (y digo construcción y no diseño) es un proceso que nace en nosotros pero que concluye en la mente de cada uno de los clientes. Esa construcción puede ser libre, caótica y sin control o puede ser dirigida, controlada y ordenada. Es responsabilidad nuestra como empresarios (en mi caso, además, como experto en Branding) crear la mejor marca posible, aquella que nos va a permitir dirigir el concepto de marca que se desarrolla en la mente del consumidor. Por supuesto, este proceso es un proceso que nace en el desarrollo conceptual de la marca, que se materializa en el desarrollo creativo, fundamental para que sea pregnante, reconocible, y que se consolida (que no concluye) gracias a la Comunicación, al Marketing, a las acciones que realiza cada día la empresa y sus productos.
La marca como elemento que tiene que recordarse
La tendencia actual a la hora de poner nombre a las marcas es buscar que sean marcas sonoras. Todo lo que existe para nosotros tiene un nombre. Lo que no tiene nombre no puede ser comunicado y por tanto no puede ser vendido. De ahí que una de las características principales de una marca es que pueda ser recordada. La mejor manera de ser recordada es que signifique algo para nosotros o que su sonoridad sea agradable. Las marcas sonoras son aquellas que cuando son pronunciadas tienen una estética sonora que las hace atractivas y recordadas. En muchas ocasiones, esa sonoridad se consigue con una palabra corta, aunque no es obligado. Lo que si es imprescindible es que en nuestro cerebro esa palabra sea fácil recordar por su musicalidad. Y ahora que sabes todo esto ¿tienes una marca sonora?En resumen, el nombre es un elemento fundamental de la marca y la creación de nombres adecuados, que sean fáciles de recordar y de pronunciar es labor de los expertos en Naming. Cuando estamos pensando en un nombre para un producto o una empresa, no podemos dejarnos llevar por un arrebato creativo personal y debemos buscar una lógica a ese nombre, porque será un elemento determinante en el Branding de nuestra empresa. Un buen producto con un buen nombre tiene más posibilidades de éxito que un buen producto con un mal nombre.
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