un comercio sin packaging para concienciar a los ciudadanos de la necesidad de producir menos residuos y reciclar más, con motivo de la Cumbre del Clima que se ha celebrado en la capital francesa a finales de 2015.
La iniciativa parece novedosa puesto que los productos se venden a granel y los clientes tienen que llevar envases reutilizables a la tienda para poder adquirir los productos (para los que se olviden del envase el comercio tiene envases reciclables para su venta).
Pero ¿cómo afecta la ausencia de packaging a las marcas, concretamente al Marketing?
La verdad es que afecta y mucho. La Publicidad moderna comenzó a finales del siglo XIX cuando las marcas decidieron vender productos envasados y etiquetados frente a los productos a granel. En ese momento comenzó a cobrar valor el Packaging, el Branding y el Marketing en todas sus formas.
Los clientes comenzaron a valorar los productos industrializados frente a los manufacturados porque ofrecían garantías de calidad y de homogeneidad que no tenían los hechos a mano. El Packaging representaba todo eso que los clientes querían. Sin embargo, hoy en día los clientes no buscan esa homogeneidad y valoran precisamente más la individualidad y la manufactura frente a la industrialización. Hoy un packaging industrial no aporta mucho valor al producto (según que categorías de productos). Sin embargo, el packaging sigue siendo una garantía de calidad y de confianza, además del poder de atracción y de diferenciación que aporta a los productos.
Hoy en día, muchos clientes prefieren aquellos productos que han sido creados o fabricados mediante sistemas de producción o de cultivo menos industrializados, porque buscan un punto de originalidad y de autenticidad que se perdió con la Industrialización. Por otra parte, el problema de la gestión de los residuos procedentes del consumo masivo es un tema muy grave y que requiere una reflexión.
Ante este panorama y con la Cumbre del Clima de París, esta cadena de tiendas ha querido concienciar a sus clientes con este experimento que durará dos meses y cuyas conclusiones servirán para tomar decisiones en un futuro.
El problema es que si regresamos al mundo sin packaging (no sin envases puesto que estos son necesarios para guardar los productos) y utilizamos envases neutros, se perderá el poder que tiene el Diseño y la Publicidad en los mismos para el Marketing y las marcas tendrán que adaptar sus Estrategias de Branding a esta nueva situación. Los clientes ya no se sentirán atraídos por los envases y el embudo de AIDA (Atracción, Interés, Deseo y Acción) se modificará de alguna manera.
Con esta noticia, que probablemente no pasará de anécdota, solo quiero hacerte reflexionar sobre la importancia que tiene un elemento como es el Packaging para nuestras decisiones de compra y cómo modificaría esas decisiones si los productos no se vendieran empaquetados.
Este es un escenario novedoso para los expertos en Marketing. Probablemente, dejará de tener importancia la marca que produce y cobrará importancia la tienda. Los clientes acudirán a un comercio atraídos por los productos y sobre todo por la garantía y la reputación de la tienda. Por supuesto, este es un escenario desconocido para la mayoría de nosotros, que hemos crecido en el mundo de las marcas y los grandes almacenes repletos de lineales con cajas de productos. Sin embargo, es perfectamente natural para mi madre, que ha comprado desde pequeña en tiendas con productos a granel, con productos que se vendían en función de su calidad o su precio y no de la capacidad de seducción del Marketing (para ser exactos, el Marketing lo hacía el vendedor y no el productor).
¿Tendremos que recuperar las viejas tradiciones?
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