parece que la fama menoscaba su capacidad de investigar y de hacer Ciencia. Sin embargo, esto no es así. Al contrario de lo que pueda parecer, la Divulgación Científica es una parte muy importante de la labor del investigador. Sin divulgación la labor del científico pasa desapercibida para la sociedad, que es al final la receptora de sus progresos, la que financia su trabajo y la que puede decidir si un profesional necesita su apoyo más allá del que le ofrecen las Instituciones encargadas de esta labor. Una parte muy importante de la Divulgación Científica radica en la capacidad del investigador de atraer la atención de diferentes públicos-objetivo hacia su trabajo, proyecto e institución. Y parte de esa capacidad radica en el Personal Branding. La marca personal, la personalidad pública y con capacidad de influencia que representa el concepto de Personal Branding tiene que estar presente en el trabajo del científico como lo está la necesidad de preparar informes o presentar artículos científicos para crear un curriculum. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no solo no está presente, sino que se considera una distracción e incluso un menoscabo de su capacidad de «hacer Ciencia». Para nuestra Sociedad, la española, la Ciencia es una gran asignatura pendiente. Pero lo es más la capacidad de nuestros investigadores de transmitir sus progresos a la Sociedad. Y ambas cuestiones tienen mucho que ver. La Sociedad española no es sensible a las necesidades de apoyo (financiero y moral) que tienen nuestros científicos, nuestros investigadores, porque ellos se han metido en su burbuja y solo están interesados en trabajar y obtener resultados para avanzar en su disciplina y consecuentemente en su carrera profesional. Sé que es muy duro para un colectivo que está muy preocupado con sobrevivir profesionalmente, pensar en hacer «algo más» que su labor investigadora. Sin embargo, ese «algo más» es el que permite salir de esa misma situación en la que se encuentran. Hay numerosos casos de investigadores que se han convertido en divulgadores científicos. Muchos de ellos son desconocidos para nosotros, aunque sus rostros son cada vez más habituales en los informativos o en los programas que conceden cierto protagonismo a la Ciencia. Es más, cada vez hay más programas en la televisión que fomentan la difusión de la Ciencia como un valor diferencial frente a otro tipo de espacios televisivos. Y tienen éxito de audiencia. Porque la Sociedad aprecia el esfuerzo que realizan los científicos cuando conoce la aportación que realizan para mejorar cada día un aspecto de nuestra vida. El investigador tiene que comenzar por entender que una parte de su trabajo es crearse una marca personal. Una forma individualizada de presentarse socialmente y de explicar su trabajo. Se trata de un aspecto fundamental que beneficia el resultado final del proyecto, permite conseguir nuevas alianzas y nuevas formas de financiación. Pero que sobre todo, permite generar el interés necesario sobre su trabajo para que sea apreciado y valorado como se merece. Así lo llevan haciendo investigadores como Juan Luis Arsuaga, uno de los responsables (no el máximo responsable) del Proyecto de Atapuerca. Arsuaga tuvo que ver en los primeros años como era menospreciado por sus propios colegas porque convertía sus investigaciones y sus proyectos en un tema de charla en las cafeterías. A sus publicaciones en las más prestigiosas revistas científicas de su disciplina unía las publicación en periódicos de información general, televisiones y radios. Siempre desde el mismo prisma: el rigor científico no tiene porqué estar reñido con la divulgación científica y esta requiere otra forma de transmitir el mensaje. Hoy nadie pone en duda la figura de Juan Luis Arsuaga, como nadie pone en duda la de Michio Kaku o la de Stephen Hawking. Pero ellos no son los únicos. Decenas de investigadores trabajan hoy en día para llevar la Ciencia a los ciudadanos porque han comprendido que sin el reconocimiento de la Sociedad nunca tendrán el apoyo y los recursos necesarios para hacer su trabajo. Y su trabajo es fundamental para el progreso social. ¿Y tú, vas a comenzar a construir tu propia marca personal?
En resumen, el investigador tiene que comprender que el personal branding es una parte de su trabajo, al igual que lo es publicar en una revista científica o asistir a un congreso. Desarrollar su propia marca personal implica trabajar para ser visible y ser un referente, primero para los medios de comunicación y luego para los ciudadanos. Cuando un científico trasciende de su laboratorio y comunica sus avances a la Sociedad consigue dos cosas fundamentales para el éxito de su trabajo: ser reconocido por su aportación a la mejora de la vida de las personas y el apoyo social y económico que necesita para seguir trabajando.
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